Tuesday, May 05, 2009

Charlie y la fábrica de chocolate /Roald Dahl

No sé dónde leí, recientemente, que un escritor decía que, mientras se siguiera leyendo a Dahl, tenemos algo de esperanza. A mí me parece lo mismo. Acabo de leer Charlie y la fábrica de chocolate sin muchos deseos de ver la versión fílmica. La historia es sabrosa: un chico de familia pobre, muy muy pobre, se gana un boleto dorado para conocer el interior de la famosa fábrica de chocolate de Willie Wonka. Asiste con su abuelo y ahí descubre, de la mano del viejo Wonka, los dulces más sorprendentes, las jaleas más insospechadas e incluso chiclets que saben a comida (incluido pastel de arándano). Mientras tanto, Roald se da gusto en criticar a los padres que les dan todo a sus hijos, a los niños glotones, a los niños que solo ven televisión e incluso modales, sobre lo mal que se ve masticar un chicle. Al final, bueno, lean el final, termina uno con deseos de no comer dulce por un buen rato, por además, ninguno de los dulces que hay en las tiendas se acercan, ni por error, a los dulces deliciosos de Wonka. Hay que leer a Roald Dahl. Sin duda. Su imaginación es clara, poderosa y lo mejor del caso, cálida.
Editorial: Alfaguara infantil
p. 172

1 comment:

Unknown said...
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